Soy nueva por aquí. Diré que me llamo Monica y que soy de Granada (España). Soy una mujer de 28 años, que terminó su Licenciatura de Filología Inglesa, con mucho esfuerzo y trabajo, pues tuve que trabajar desde que era adolescente, limpiando en casa o portales y más delante de camarera en bares, restaurantes, heladerías, pubs y discotecas…
Puede decir que desde que soy niña he tenido una mezcla de sentimientos, que en ocasiones me daban seguridad y en otras me creaban complejos, pues normalmente he recibido buenas palabras, valoraciones y piropos sobre mi cara o mi pelo, pero al mismo tiempo he sido una mujer de baja estatura (algo menos de 160) con tendencia a coger peso (sin llegar a ser obesa ni excesivamente gorda) pero que de algún modo, son cuestiones que me hacían dudar de mi misma.
Sobre esos temas, podría hablar en otra ocasión. Pero hoy lo dejaré atrás. He tenido una relación estable y duradera, que ya se terminó y ahora soy una mujer soltera, con trabajo y mi propia casa, por lo que me siento libre, independiente y feliz. Como habrán podido imaginar, soy charlatana, alegre, divertida y sociable. Ahora me voy a remontar a los días previos a las vacaciones de Navidad, donde estando en el Instituto Concertado que trabajo, recibí la llamada de un chico de Secretaría, avisándome, de un problema con la familia de un alumno.
Una vez allí, el asunto se pudo resolver y me quedé mucho más tranquila, pues tuve en todo momento la ayuda del director del centro quien entendió que mi forma de corregir la falta de disciplina del alumno fue la correcta. Nos despedimos de la familia y me pidió que me quedara en el despacho para hablar sobre otro asunto…
Debo decir en este punto, que no tengo un puesto de trabajo fijo, aunque ahora llevo trabajando casi 2 años como profesora de Inglés. Pero en este caso, sustituyendo la baja de una profesora por su embarazo, baja que terminaba poco después de Navidad, al igual que otra profesora había notificado su embarazo y que se daría de baja más o menos coincidiendo el alta de la que yo sustituyo, lo que en principio, podría cuadrar, pero claro, también había otras posibles sustitutas, que podían ser preferidas por el equipo directivo. Os he hecho un breve resumen de lo ocurrido antes, para centrarnos en la historia que quería relatar y confesar:
Me había inquietado que me dijera que esperara allí. En un minuto más o menos volvió y cerró la puerta, me sonrió y me dijo que había estado bien, siendo convincente. Le agradecí el comentario. Me invitó a sentarme de nuevo y a continuación me dijo:
-Monica debo decirte que estamos muy contentos con tu trabajo, que como sabes pronto termina el período de baja que suples tú.
-Lo sé Jose… Pero me dijiste…
-Lo sé… Paciencia. Te digo, yo estoy contento con tu trabajo, pero no decido yo solo. Esta tarde nos reunimos el Consejo. Voy a dar mi opinión y puedes creerme que yo estaré ahí para apoyar que seas tú quien ocupe esa plaza.
-Pero…
-Ya, ya… No decido yo solo…
-¿Y entonces? ¿Qué crees que pasará?
-Monica, verás… Con sinceridad. La mayoría del Consejo, van a preferir que entre Miriam, que es la chica que vino de prácticas en el curso pasado.
-¿De verdad?
-Eso es lo que yo creo, Tranquila… Verás… También, sabemos, que hacen falta profesoras en centros que son de nuestra fundación…
-¿En Granada?
-No, no.. Uno sería en Jaén y otro en Madrid… ¿Te interesaría?
-¿Le interesa a Miriam?
-No lo sé. No creo…
-¡A mi tampoco!
-Ya… Calma, Mónica…
-Que me acabo de comprar una casa… Es que…
-Te he dicho que calma… Verás. Tú misma te estás dando la solución. Voy a ir al Consejo, puedo dar una buena opinión sobre ti, como te he dicho y ver que pasa.
-Eso no será suficiente…
-También puedo dar una buenísima opinión sobre ti y dejar claro que soy el director y que mi opinión va mucho más allá de un capricho, ¿entiendes?
Nuestras miradas se cruzaron. No podía dar crédito a la entonación y la mirada de José mi jefe en ese momento, en su despacho en un momento triste y tenso para mí, donde me jugaba la continuidad en el que era mi sueño, trabajar en un instituto como profesora.
-Pero Jose…
-Monica… Piénsalo…
-Jose…
-Tranquila, eres guapa, joven, inteligente…
-Eres mayor que yo, casado y eres mi jefe…
-Nunca he sido infiel a mi mujer, ya te lo dije.
-Y me gustó que fuera así.
-Eres bellísima y eres tan… (me miro fijamente de mi cuello hacia abajo, pues aunque no lo quise mencionar, ahora os aclaro, que desde muy joven he tenido el pecho desarrollado, con un tamaño, grande, redondeado, firme y bien subido, hecho que me ocasionó importantes problemas en mi adolescencia y juventud, pues el complejo me limitaba mucho).
-Jose, no… Para.
-Monica, estás soltera, tienes éxito cada día que quieras con tíos que no valen nada y no se comprometen contigo.
-Esa es decisión mía…
-Y la de seguir o no, también puede ser mía, ¿no lo entiendes?
-No me quiero ir de aquí.
-Yo no quiero que te vayas. Piensa, en cuanto dinero vas a gastar en comidas, transporte, alojamiento… ¿te merece la pena?
-Jose, soy una mujer íntegra, con valores…
-Nadie lo duda. Yo no lo dudo… Pero…
-Pero… ¿qué?
-Esto será sencillo. Entre tú y yo. ¿Vale?
-Pero, ¿en qué estás pensando exactamente?
Jose se acercó a mi, puso su dedo índice en mi barbilla y mirándome a los ojos, me dijo:
-Hoy un anticipo, para saber que vas en serio y así imponer que te quedes en el centro, y cuando firmes el nuevo contrato, si te parece, lo celebramos como debe ser, ¿qué te parece?
No pude articular palabra, me quedé entre bloqueada y helada con la proposición que acababa de hacerme mi jefe, pues no podía esperarlo. Es cierto, que en una comida del colegio, una vez me dijo que le parecía muy guapa, una belleza natural y cosas así, pero sin mostrar más allá ningún interés, porque me dijo eso de que él nunca fue infiel a su mujer. Él es un hombre de más de 50 años, que físicamente está muy bien, pues hace gimnasio, bicicleta, running… Pero claro… Tiene bastante más edad que yo… ¡¡¡Y es mi jefe!!! Apenas pude decir suavemente…
-Vale…
-Muy bien, Monica, eres preciosa…
Me besó suave y yo le correspondí como pude, intentando dejarme llevar, sintiendo sus ganas, pasión y deseo… Se separó y me sonrió…
-Así está mucho mejor…
En el despacho, con ventanas opacas en tres cuartas partes, la otra la cerró con persiana y cortina, así como la puerta con el seguro.
-Juan, no me pases llamada, ¿vale?
Y colgó…
-Mónica… mmmm
Y mientras pronunciaba esas palabras se abalanzó sobre mi cuello, para besarlo con pasión y mientras, con sus manos sostuvo suavemente mi pecho. Volvió a sonreir traviesamente…
-Mónica… ¡Son enormes!
-Shhhhhhh calla calla…
Mientras le agarré suave el pelo y lo conduje a mi pecho, donde no dudó en ponerlo fuera de mi escote, para besar, jugar y babear cuanto quise. Sentí que era como un niño pequeño jugando con su juguete nuevo… Me sostuvo con firmeza las tetas, me quitó la camiseta y ahí pudo cogerlas con firmeza con sus manos, para apretarlas, besarlas, morderlas y yo no podía contener mis gemidos…
-Me tienes ardiendo Monica… Te deseo…
-Jose… Eres muy travieso.
-No hables, vamos a follar, aquí y ahora…
-No, Jose, aquí no… Hoy solo el anticipo…
-Está bien…
Me dispuse a vestirme para salir de allí, pero me agarró del brazo…
-No, no… no te vas… Es un anticipo, pero con el calentón no me quedo jovencita…
No lo podía esperar, pero él me tomo del brazo y m acercó a él. Me volvió a tomar del pecho, para besarlo y jugar…
-¿Qué más quieres Jose?
-Monica, ahora, demuéstrame lo buena puta que eres… Dame una verdadera razón para que continúes aquí en el colegio…
-¿Qué quieres que haga?
-Arródillate….
Lo hice y el se bajó el pantalón. Estaba tan excitado que se veía el bulto enorme en su boxer. Lo bajé según el me indicó con su mirada y era así, como esperaba. Estaba muy excitado, se veía enorme, muy dura…
-Hazlo Mónica, no dudes… Hazme gozar…
No lo dude… le miré a los ojos, mientras le masturbé con la mano derecha suave y lentamente, para ver como respiraba. Le di suaves lametazos, para hacerle sentir escalofríos. Escuchaba como resoplaba y me pedía que lo hiciera más fuerte y con más intensidad. Cuando quise darme cuenta, su glande estaba enorme, enrojecido… Él me agarró de la cabeza y dio fuertes embestidas, sintiendo como llegaba su polla al fondo de mi garganta… Luego paró… Yo pude seguir masturbándole. Puse su polla entre mis tetas, para rozarla, haciendo esa cubana que pensé que le encantaría. Y así fue… Él me apartó al cabo de unos segundos… Se puso frente a mi, con una mano en mi frente y con la otra terminó de masturbarse…
-Abre la boca Mónica… Mmmm siii Eso es… Buena chica… Vamos Monica, se mi tetona… Se mi puta mmmm… Pideme la leche Monica… ¡¡Hazlo zorra!!!
Fueron las últimas palabras que recuerdo, antes de pronunciar como pude esas palabras que él me pidió, pues ya tenía su glande frente a mis labios…
-Dame tu leche Jose, Dame tu leche… ¡Dámela!
En ese instante, el gimió y sentí como se corría, por lo que me apresuré a acercar mi boca a su glande, para evitar manchar la mesa y todo el despacho. Sentí que se corría a chorros y él por fin se relajaba… Cuando terminó me miró y sonrió… Yo apenas podía ni respirar. No podía creer lo que había pasado justo ahí. En su despacho. Con quien no podía imaginar que nunca pasaría nada. El hombre serio y responsable. Mi jefe…
-Bueno Monica, tengo que ir a otra reunión, ¿vale?
-Claro Jose, lo que necesites…
-Ya sabes, esto es el anticipo. Te avisaré cuando llegue el día para firmar el contrato.
-Claro Jose, gracias.
-Y para celebrarlo…
-Eso, eso..
(y salió del despacho)
Me terminé de colocar todo, cogí mis cosas y salí de allí. No podía entender del todo lo que acababa de pasar allí. Pero, es lo que pasó. Solo quedaba esperar la reunión del Consejo y esperar la decisión. Si hay que celebrarlo o no, ya os lo contaré en otro relato.

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